Es imprescindible saber lo que compramos. Especialmente en restauración, la calidad de la materia prima va ligada a la calidad de la elaboración final, por lo que recomendamos contar siempre con la mejor materia prima.

El calamar patagónico, o loligo patagónica, procede de las aguas de la Patagonia (sur de Argentina), Chile y las Islas Malvinas. En nuestra oferta de productos podrás encontrar este y otros tipos de calamares como el nacional, el de california o el del cabo. Pero ¿qué puede aportarte el patagónico?

 

Características 

 

El calamar patagónico cuenta con 10 brazos (2 largos y 8 cortos), su manto es grisáceo y alargado, y sus aletas son romboides, en proporción son dos tercios del producto. Su sabor es marinero con cierto dulzor, un producto de calidad válido para cualquier receta de calamar.

Con un 61% de merma y rejos, las posibilidades en restauración para este producto son varias, nuestras recomendaciones de uso son:

  • Para freír.
  • Para cocinarlo a la plancha.
  • Rellenos.
  • Para guisar en salsa.
  • Un buen producto tanto para tapas como para raciones.

Tienen un diente tan duro y fuerte que sirve para triturar crustáceos y otros alimentos.  

A pesar de las altas ventas del calamar patagónico, entre los productos más demandados para hosteleros encontramos el calamar nacional.

 

¿Qué diferencia tiene con el calamar nacional?

 

El calamar nacional es muy demandado en hostelería. No se trata meramente de una cuestión de calidad, sino más bien de usar el tipo que mejor se ajuste al uso que le vayas a dar. Este calamar tiene una pared de carne más gruesa, por lo que soporta mejor la cocina a altas temperaturas. A diferencia del patagónico, el calamar nacional es idóneo para cocinar a la brasa o a la plancha. 

Para ampliar información de este formidable producto, dedicaremos un blog exclusivo próximamente y haremos una comparativa entre ambos. ¿Te lo vas a perder?