El congelado nos parece una solución útil para los hosteleros, debido a su formato y durabilidad. Además, cada vez podemos encontrar más productos y mejores materias primas.

  Sus orígenes

Desde el principio apostamos por el producto congelado porque somos conscientes de la comodidad que ofrece. Este método de conservación nació para asegurar el traslado de alimentos, ahora nos facilita la vida porque permite tanto el almacenamiento de productos como el control del volumen de compra y la facilidad de escandallos. 

Pero, además, la congelación de los productos es necesaria para la eliminación de ciertos microorganismos y bacterias nocivas para nuestro organismo. En nuestras cámaras mantenemos una temperatura de -18ºC para optimizar la conservación de los productos.

  ¿Qué nos aportan?

El proceso de congelación ya es un paso necesario en la adquisición de algunas materias primas, tanto en la pesca de altamar como para el traslado de productos desde las granjas a los distribuidores. No tanto por evitar la descomposición del producto en sí, sino también para mantener el sabor y la calidad, eliminando los peligros que eso conllevaría. 

Confiamos en que los beneficios que nos aporta el método de la congelación son los propios del consumo del futuro:

  • Salud e higiene. El producto, como hemos dicho, se conserva a la perfección y además se eliminan bacterias gracias a su rápida congelación, esto hace que no tengamos que agregar ni químicos ni conservantes. 
  • Conserva las propiedades. Todas las proteínas, vitaminas, y demás propiedades de los alimentos permanecen intactos durante su congelación. En condiciones naturales, debido a la acción del aire y la temperatura, se pierden. Por eso, esta técnica de conservación es la más usada y efectiva.
  • Comodidad. Puedes disponer de ellos todo el año y almacenarlos fácilmente en el congelador, gracias a sus formatos de envasado. Tienes comida fresca en todo momento.
  • Son más económicos y prácticos. Se estropean menos y están siempre disponibles.

Además, particularmente, la fruta congelada se conserva en el momento óptimo para su consumo, al contrario que la fruta fresca porque esta se recolecta antes de tiempo para que le llegue al consumidor en el momento óptimo, lo que hace que la maduración del producto fresco se haga en cámara.

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